La entrada de hoy es especial, la captura con la que más he disfrutado, más nervios he tenido y más adrenalina he soltado. Pasó hace ya unos meses, en verano. Era prácticamente mi cuarta/quinta salida desde kayak, y lógicamente un principiante en esta modalidad.
Ese día nos dirigimos mi compañero Sebi y yo al pesquero que semanas antes se mantuvo la actividad de bailas y algunas palometas durante toda la mañana.
Equipo de spinning muy ligero, caña 2,10 metros acción 15-30 y carrete tamaño 2500 relleno de power pro en 0,19 ( Ya os podéis hacer una idea del disfrute de la pieza...)
Dada la profundidad de la zona, que ronda los 15-18 metros y una corriente notable, monté un jig o jensen como lo llamamos por aquí, junto con una pequeña gomilla/vinilo más arriba.
El día transcurría sin ninguna picada, mi compañero con su Majestic igual, cero actividad. Probando aquí, probando allí, nada, no había manera. En uno de lo lances se marca una picada aparentemente normal, pero de repente empieza el carrete a escupir hilo sin parar, pero cuando digo sin parar es sin parar. Poco a poco voy cerrando el freno, controlando en todo momento la capacidad de la bobina... en ese momento en el que aprieto más el freno, eso no era un kayak, eso era un kayak pero con un fueraborda de 20cv jajajaj ....Poco a poco con paciencia pero sin darle tregua venía hacia arriba, la punta de la caña arqueada dentro del agua, cuando parecía que estaba derrotada otra fuerte sacudida y a volver al fondo, así unos 40 minutos de lucha y nervios que esta vez sí callo de mi lado. Cuando por fin salio a la superficie, como pude la metí en la sacadera, o mejor dicho parte de la corvina entró en la sacadera, que casualmente la compré días antes y no pudo tener mejor estreno.
El jig de 40 gramos practicamente tragado sobresalía lo justo por la boca y sus dientes no llegó a tocar el hilo, hasta eso salió bien ese día. Hasta tres buenas capturas de corvina perdí en estos últimos años por diferentes motivos, entre ellos la mala suerte. Porque no siempre la suerte la tienes de tu parte, pero cuando la tienes, hay que saber aprovecharla.
Ole ole y ole, tuve la suerte o simplemente coincidencia de ver esa corvina recien pescada, casi no me lo podia creer. Ahora leyendo tu relato se puede hacer uno a la idea de tan espectacular jornada y como bien dicies subidon de addrenalina, todos ansiamos un momento asi en alguna jornada en nuestra vida pero pocos tienen el valor, la suerte o la paciencia de hacerla realidad, justo ese mismo dia fui remolcado unos metros tipo fueraborda como bien dices y no puedo expresar lo que se te pasa por la cabeza en esos instantes, que no suelte que no suelte jjjjjjj pero solto dejandome con las ganas de volver a buscarla en otro momento que espero no sea muy tarde. Un saludo Gaston y a darle al kayak
ResponderEliminarOle ole y ole tú ! Gracias por tú comentario y como no puede ser de otra manera pronto nos vemos al pie del cañon, un abrazo!
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